Al tratarse de un aminoácido esencial, su aporte es necesario para la síntesis de nuevas proteínas, y su aporte puede estar especialmente indicado cuando se pretende incrementar la masa muscular. También es útil en la recuperación de lesiones o afecciones de la piel como acné, dermatitis atópica, herpes, heridas y quemaduras.
La administración de lisina favorece la absorción del calcio y reduce su excreción. Por esta razón, algunas indicaciones para el consumo de lisina son alteraciones articulares u óseas como artrosis, esguinces, lumbago, osteoporosis o raquitismo.
El consumo de lisina junto con l-carnitina ayuda a disminuir los niveles de colesterol en sangre. Si se consume lisina junto con vitamina C ayuda a la síntesis del colágeno y a la absorción del calcio. La síntesis de colágeno es muy importante para el desempeño deportivo y en la recuperación de lesiones.
Además, el consumo de lisina junto a la vitamina C y vitamina E se convierte en un potente antioxidante. También se ha observado que el consumo de lisina puede mejorar parámetros cardiovasculares y ser útil en caso de angina de pecho.
La administración de lisina ayuda en el tratamiento del herpes simple labial y minimiza el daño en la retina producido por la hiperglucemia. La lisina es muy utilizada en niños, sola o combinada con otros aminoácidos, para estimular el crecimiento. También se emplea en ancianos para retrasar los efectos del envejecimiento
La lisina también suele emplearse en casos de anemia, arteriosclerosis, cáncer, infecciones, envejecimiento, falta de apetito, durante procesos de pérdida de peso, así como en trastornos de la concentración y del crecimiento.
Dosis
Los requerimientos nutricionales se sitúan entre 800-3000 mg/día.
Las dosis habituales oscilan entre 500-1.000 mg/día.
Para una mejor absorción, es recomendable consumirla con el estómago vacío. Además, la vitamina B6 incrementa su absorción.