Cómo usar la esponja de luffa
Utilizar esta esponja vegetal es muy sencillo. Solo tienes que empaparla en agua caliente con jabón y apretarla con un poco de fuerza, hasta que consigas que se ablande. Luego vuelve a añadir un poco de jabón o gel sobre ella y apriétala para que cree espuma.
Frota bien la piel, haciendo siempre movimientos simples, evitando la zona del rostro y del cuello (al ser mucho más sensibles). Desde hace unos meses estoy usando los mismos movimientos del cepillado en seco. Es importante que todos los movimientos partan de las extremidades hacia el corazón.
Finalmente, aclara los restos de gel o de jabón que hayan quedado sobre la piel con un poco de agua fría, con lo que ayudarás a que los poros se cierren. En caso de que prefieras relajarte o descansar, puedes aclararte la piel con agua caliente.
¡OJO! No es recomendable utilizar esta esponja sobre pieles irritadas, con heridas o con la piel dañada.